Exposición colectiva "Tres hitos territoriales" de Fernanda Figueroa, Isadora Alvarado e Isabel Rodríguez

La producción de estas tres obras se logra vincular a través de la espiritualidad, cuerpo y territorio. El arte es un medio sensible para entender la realidad, un proceso para atestiguar los cambios sociales; es por esta razón que nos convoca la necesidad de exponer sobre el territorio, dentro del campo de la acción y de la contemplación. Es un proceso creativo en el cual proponemos obras tanto performativas como contemplativas, vinculando prácticas ancestrales como la cerámica con un arte tecnológico, respondiendo a la diversidad de lenguajes que se interrelacionan en las prácticas artísticas contemporáneas, otorgando tres miradas y reflexiones sobre nuestro territorio. Apropiarse de la realidad, viene a ser entonces activar en ella un “proceso”, y entrar en una temporalidad específica del mundo concreto confrontado con su ritmo, así como conformándose en él.

La presencia de un robot en la obra de Isabel Rodríguez, fue creado con la única función de ir a rezarle a una animita y mediante mecanismos electrónicos realiza esta acción humana. Comenta: “El hecho de que cambiemos la arcilla, la greda, la cerámica; por reluciente plástico, como un sucedáneo que nos permite envasar nuestra cultura. Esta acción artística se basa en la necesidad de evidenciar una carencia espiritual con ritual performance y una deshumanización en grado exacerbado”.

El lenguaje que traduce la cerámica en la obra de Fernanda Figueroa, sugiere un cuerpo-territorio erosionado, herido y fragmentado. Comenta: “La cerámica al ser un proceso alquímico de transformación de la tierra, pertenece al territorio, pero a diferencia de éste que constantemente está cambiando, la cerámica congela su estado en el tiempo. La persistencia y la huella de esta cicatrización que se refleja en la obra se vincula con un territorio más concreto.”

La performance de Isadora Alvarado llamada “Registro de un alma” posee una dimensión más humanizada del territorio, la materialidad es el propio cuerpo buscando un “alma”, a través de la gestualidad humana. Comenta: “Esta obra simboliza la subjetividad que tiene el cuerpo en la sociedad y el territorio, busca el reflejo de un alma humana y la exploración de ésta, como un registro de vida a través de sus huellas, tanto como una semilla del territorio que activa la obra a través de un trabajo gestual, corporal y cerámico”.

Decidimos llamar a la muestra Tres Hitos Territoriales, porque cada obra se conecta con una dimensión distinta del concepto territorio, cada una con sus propias materialidades y particularidades visuales van generando un diálogo y tensión entre ellas que vendrían a cuestionar y simbolizar procesos de humanización y deshumanización. A partir de la carnación presente en las tres obras se actualiza en términos concretos la perspectiva de una sociedad que desde diferentes territorios se logran vincular en relación a un espacio y la permanencia en él.